Ésta adivinanza simple, cobrará su verdadero valor en su destino, dentro de un tiempo, hoy la dejaremos como un juego de la rana, cuando yo era niño se jugaba a la rana, ésta rana es otra, como una corta fábula…
Quien quiera entender, entienda, pero nadie perderá tanto tiempo como necesitará para descifrar la metáfora.
Una rana que viajaba
del Butarque a Polvoranca,
bebía en
y ella jugó y nadaba.
Y enfrente de la alcaldía
¿ yo no se por qué paraba,
para escupir a una hormiga
o a una baldosa ingrata?
donde tropezó sin suerte
una mujer muy anciana.
Después se asomó al reloj
e hizo noche en
¿si ésta es
como será la menguada?
Son las cosas de urbanismo…
Florencio Izquierdo pasaba…
y después, Raúl Calle,
y… adivina, adivinanza.
Llegó la ranita al puente
cansada y desesperada,
y se suicidó de un salto
y los coches la aplastaban
quedando en el asfalto
su silueta tan plana
que su cuerpo desgajado
no quisieron ni las ratas;
hasta que dijo un mosquito
que sobre ella pasaba:
-Para este viaje ranita
ser política no basta,
hay que sortear gorriones…
y volar con negras alas…
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