Hay días en que uno debe, y es saludable olvidar y quitarse el hollín de la política, para refugiarme en mis sentires, abrigarme en el ayer para dulcificar levemente mi mañana, y es entonces cuando, sin pretender mayor calidad que las limitaciones literarias que nos pone nuestra poca inteligencia, aterrizo en la poesía lírica, intimista, repito, para salir de las cloacas de la ciudad y repirar el aire oxigenado de un Butarque, que mira mi viejo barrio de soslayo, los carabancheles de mi nacencia.
Cuántas veces al ocaso
al llegar la noche negra
me llaman los besos blancos,
la boca de Cenicienta.
¡Oh, mi ayer valdilechero,
aún me huele a hierbabuena,
a nuestra ribera en flor...
a noches de primavera.!
Cuántas veces al ocaso
nocturno, murcialaguea,
cuando leganeo ausente
casi por las mismas sendas,
y, sueño con besos blancos
lejanos igual que estrellas,
y a cada paso pregunto
sobre una sombra cualquiera,
¿eres tú, o no erres tú,
flor de ayer, mi Cenicienta?
Leganés, 26 de enero de 2012
José Manuel García García (JOSMAN)
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