sábado, 7 de noviembre de 2015

GALDÓS, LEGANÉS Y LOS POETAS.

La mirada de Galdós refleja el dolor que siente por España, por su Marianela, por su Misericordia.

La visión de Galdós sobre la sociedad en la novela en 1870, él decía que, se olvidaba a la clase media, después de 145 años, sigo opinando que no hay poesía social, en este Leganés manchego, conformista aunque le apriete el zapato y el estómago llame a la necesidad como las campanas viejas alertaban del fuego en los pueblos de Castilla.



No voy a describir lo dicho por Galdós, ¿para qué? Tenemos la juventud más preparada de la historia y vive aborregada, el PP la pastorea con una mano en el engaño y la otra con el capote que oculta la corrupción.



Muchos jóvenes reitero, preparados, viven en el amparo subsidiario de los abuelos, esos que esta semana flotaban en colchones de un sótano inundado, una sociedad que ha contemplado el saqueo en Cataluña, los excesos de Valencia, la venta a Fondos Buitres de las viviendas sociales -ayer investigados en la CAM- no merece ni votar, quien no defiende lo suyo, lo público, sólo merece el aire que respira, que aún no tiene impuestos.



España entró en la Universidad, pero no en el pensamiento, y un título no hace que el cerebro piense, tan sólo conoce una materia que ni le da para malvivir.



No hay novela, no hay poesía, ni siquiera copleros como yo, hay una poesía de sofá, de Circulo de Bellas Artes, de un Ateneo que más que madrileño es un casino provinciano.



Los poetas son libres para escribir cuanto sientan, y yo soy libre para decir que todos, incluido yo, somos meras cáscaras de nueces que carecemos de propiedades sociales, y quien no retrata a su sociedad, no deja de ser un poeta-fotógrafo de rosas silvestres.

JOSMAN.

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