En los días que escribí "El Loco del Butarque" en el propio Butarque.
Mi " Loco del Butarque" creó -como hacemos todos los locos-, no un mundo, sino todo un universo de fantasías de amor. Vivía en la ilusión, y era capaz de traer a su ninfa desde su retiro a su mente, un Quijote más en este Leganes de asfalto, y escribía:
En mi locura de amor
te trajo volando el viento,
y tras dormir en mis brazos.
Después... levantabas vuelo
y volvías a las fuentes
en donde estaba tu reino.
Ninfa, ríos, fuentes, la mente humana encierra ese universo que dicen que corre por esas neuronas, que hace que todo lo traiga el viento, y como una nube se la lleva el mismo viento. Y ahí, está el placer imaginario y hasta el onanismo del loco, que construye su "Dulcinea" para seguir los caminos de la vida.
Josman.
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