Foto: propiedad del Ayuntamiento de Leganés.
Los espejos cóncavos.
Creo que fue el 29 de Enero de 2015, el día que quise entrar a un Pleno Municipal, y alguien me preguntó ¿que por qué partido iba? Dije que era un ciudadano, y me salí de ese edificio habitado por fantasmas, son fantasmas reales, no me refiero a los políticos, pero es una historia que ya conté en 2010
Ahora 40 años después releo Luces de Bohemia, y comprendo todo, a los políticos de todos los colores, los veo reflejados en espejos cóncavos, por eso son "esperpentos" No son como son, son como yo les veo, por aquel tiempo, en la grada-gallinero del salón, sólo se asistía por invitación partidista, y el pueblo de 180.000 habitantes ocupaba sólo tres butacas que dejaban libres los correveidiles y adláteres de todos los partidos.
Desde la entrada del Ayuntamiento construido sobre las raíces de la "Acacia de los Meones" se ve a través del cristal cóncavo, ese gallinero, y tras él, el salón, el asistente ve eso mismo, un esperpento, y los políticos al ciudadano de un modo similar pero convexo, y es que, como decía Cervantes, en esa casa de todos habitada por 27, se produce el encantamiento quijotesco, y donde unos ven a Dulcinea, otros vemos como Sancho, simples labradoras con olor a ajos a las puertas del Toboso.
Después de todo ésto, da lo mismo una ciudad regida por el PP que por el PSOE-IU-C´s los seguimos viendo en esos espejos cóncavos, y sin ser uno aquél Valle Inclán, acaba uno escribiendo su grito un siglo después: "¡Muera Maura! muera, muera..."
JOSMAN.
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