martes, 24 de abril de 2018

EL ELEFANTE, LA HORMIGA Y SALAMANCA.

EL ELEFANTE, LA HORMIGA Y SALAMANCA.

En la literatura llamamos Siglo de Oro a lo que debería haberse llamado el siglo del hambre, y el siglo donde rondaba las calles la picaresca, no voy a citar autores, pero muchos de ellos sin conocerse escribieron de la misma forma y modos, no sólo literarios modos de vida social, tan diferenciadas las clases como hoy, los escribanos de la justicia que tomaban declaración añadían o afinaban según el quién y el cómo: “Soy un alto Fidalgo muito amigo del rey de Portugal” La mafia se creó en España con nombre de hermandad, y lanzó sus tentáculos muy parecido a como hoy funcionan las tramas que la justicia denomina “organización criminal” decía que tal era la hambruna que, la oquedad intestinal hacía que éstas se sintieran como si se tuviera en él, un palmeo de tripas. Como hoy los ricos se hacían más ricos y los pobres más pobres.
Hoy los directivos del IBEX dicen que han tenido subidas del 23% durante la llamada crisis, mientras la clase trabajadora lo máximo un 1% anual, y a veces ni eso, los conformistas silenciosos parecen decir lo de Guzmanillo: "Entre el hambre de Andalucía y la peste de Castilla, mejor me quedo aquí", en una frontera imaginable.
El PP ha propiciado que, el tamaño de los elefantes aumentara un 23% y el de la hormiga el 0,25% las clases sociales se han diferenciado tanto que, estaría justificada una revolución pacífica, que ya la están haciendo los pensionistas.
Todo sigue con la misma trama y urdimbre, porque España es ese telar donde el pícaro no es el ladronzuelo de peras, es el de cortijo señorial, y a veces algunos políticos le sirven de salvoconducto, y la generación más preparada de las historia de España, vive peor que sus padres, y duermen entre los folios del máster o el posgrado, pero en ocasiones, en demasiadas, la enseñanza y el pensamiento no van de la mano en los hemisferios cerebrales, y de ahí aquella frase de la Universidad salmantina.”Lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta” el pensamiento y el intelecto a veces son innatos, pero la mayoría se cultiva, hay quien abandona el Tormes y vive de esa despensa y ya no vuelve a cultivar. Y hay a quien se lo regalan, pues eso.

JOSMAN.

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