Tras la resaca de las viandas cumpleañeras, escribo nuevamente dormido y recuerdo estos versos en la madrugada:
Habré escrito diez mil versos
no sé por qué a la nada,
¿o quise calmar mi sed
a dónde no había agua?
La nada también existe
y yo le pongo palabras,
por nadar en estos sueños
me invento hasta la amada,
también de lo que se crea
siente el poeta nostalgia,
¡Pobre del que inventa un cielo
por ser un ángel sin alas.
JOSMAN.
Foto: Escribiendo en Arroyomolinos, (antigua gigantesca finca de Franco) dónde no sé si veo a Dios, o es Él quien me habla y creo verlo.
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