jueves, 26 de abril de 2018

EL SEPULCRO ES UN CAJÓN.

Cuando escribí en el año 1962 mi primer verso en los Salesianos de Carabanchel Alto, ignoraba que, 56 años más tarde muchos tendría que sepultarlos encarpetados en cajones que parecen sepulcros.

EL SEPULCRO ES UN CAJÓN.

Regué con diez mil versos
a la planta del amor,
tanto escribí que la ahogué
y se marchitó la flor.
Se volvió mi barba blanca
y el jardín que fue esplendor
hoy tiene dos crisantemos
sobre el mortuorio hedor.
También los versos se encierran,
su sepulcro es un cajón.

JOSMAN.

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