Todos los imperios han caído, Andalucía no podía ser una excepción, ahora toca de que muchos cargos de confianza han de hacer las maletas, que es la metáfora de recoger lo personal de los cientos de despachos y empresas dependientes de la Junta, Atila se ha asomado a Despeñaperros y a las urnas de las ocho provincias, el socialismo se durmió en los laureles, confió en un electorado fiel y como algunos dicen, cautivo y clientelar.
Atila no entró en Roma, tuvo que frenarlo un Papa llamado León, pero marcó el final del imperio, su decadencia.
Andalucía presuntamente, y a la espera de decisiones judiciales firmes, coqueteó con el dinero público, y acabó como en Madrid Capital en 2015, que hizo que Esperanza Aguirre se retirara a los palacios de invierno.
El PSOE necesita unas vacaciones, un retiro de meditación profunda, como si fuera a Santo Domingo de Silos, a eso que en mi infancia se llamaba examen de conciencia, tras Andalucía, veremos caer sucesivos gobiernos autonómicos y locales, con culpa o sin ella, quien se aleja del pueblo acaba viendo al pueblo alejarse de él, ese fue su pecado abandonar al pueblo, abandonar la izquierda real, y ésta abandonada, se quedó en casa.
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