viernes, 14 de diciembre de 2018

EL SABER Y LA MADUREZ.

EL SABER Y LA MADUREZ.
Ahora que posiblemente tengamos una página de un periódico nacional para exponer todo el tiempo vivido y el porvenir en una sección que se llamará “Tricornio y Democracia” Esta madurez de hoy, me traslada a un ayer en que, sin ser un intelectual, ni tener sabiduría, trabajé en el mundo de una idea, que tenía un solo fin, la desmilitarización de la Guardia Civil.
Hoy, mira uno atrás y sabe por qué a mí no se me apartó del servicio o incluso se me expulsó como a otros compañeros que sufrieron la cárcel por luchar por un derecho fundamental, años más tarde ganarían ese derecho en sentencia en los tribunales europeos.

Yo luchaba en la soledad, luchaba con mis versos y mis coplas, reivindicando algo que se consiguió estos días pasados, la equiparación salarial con otros Cuerpos o Fuerzas de la Seguridad del Estado.
La página gris del libro de mi historia "García, ¿por qué quiere que la Guardia Civil deje  de ser militar?" Mi general, ¿por  qué quieren ustedes que seamos militares realizando un servicio civil? El general no respondió.
Sólo tuve sanciones leves y paternalistas, y hoy con el saber de la edad, que no sabiduría, veo la imagen en forma de metáfora.
Los mandos veían mi reivindicación diaria, y esto es lo que veían, un hombre sólo en medio del desierto de la benemérita cavar un pozo para encontrar el agua, ¿por qué no me castigaron más? No es que tuviera un ángel de la guarda protector, no, es que sabían que cavar sin insultar, ni revelar secretos que pudiera conocer profesionalmente, solamente hacía cavar con la palabra dicha y escrita que a modo de panfleto recorría todas las subdirecciones del Cuerpo. 
Era el Art. 29 de la Constitución, el derecho repetitivo de petición individual, a modo de versos, y los Jefes lo sabían, sin compartirlo, lo entendían.
Y esa es la realidad que veo con el saber de hoy, “Dejadle escribir, dejadle cavar, nunca hallará el agua en este desierto” el agua era la desmilitarización, y la equiparación salarial, quitarnos el yugo del Código Penal Militar.
Sabían que estaba sólo en medio de aquél patio central aún existente en el Centro Directivo del Cuerpo, cavaba con mi pluma un pozo imposible, y los que tenían poder y capacidad para anularme lo sabían. “Dejadle escribir, dejadle cavar, ya se cansará” No me cansé jamás, el único fruto fue conseguir un Régimen Disciplinario específico para el Cuerpo, Y una ley orgánica de Derechos y Deberes, obviamente no salieron de mi pozo, pero sí del sentido común y de la incipiente democracia.
Ahora, se nos invita a escribir, de ese ayer, de éste hoy, y de un mañana.
Tricornio y democracia. Cuando con la edad la placidez te da un corpúsculo del saber, en esta madurez que faltando el vigor de la juventud, se reflexiona de modo diferente. Sin cavar pozos, sin necesidad de agua, en este histórico páramo de España.

JOSMAN.

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