Estos días de Septiembre son las Fiestas de Valdilecha -Madrid- en honor a su Patrona la Virgen de la Oliva, es tradición de este pueblo donde nació mi madre, y donde pase muchos veranos de mi infancia , que, este día 9 de septiembre se celebre una corrida de toros, figuraros que se celebre la muerte de unos animales como espectáculo.
He asistido a muchas corridas, obligado por mi madre en mis años jóvenes, para acompañarla, y otras, por motivos profesionales realizando un servicio.
Nunca he entendido como la muerte de un animal es un espectáculo, donde la gente paga dinero por ver como se le maltrata con la escusa del arte taurino, me pregunto si Dios, aunque invisible, como Bécquer dijera, ha bajado por el risco hasta el coso taurino, ¡qué barbaridad, con la vara dura del olivar!
Como en Tordesillas - Valladolid- las varas, las lanzas... Un pueblo deseoso de sangre deja de ser pueblo.
Será Dios aunque invisible
-como Bécquer dijera-
quien ha bajado del risco
a sentirse Valdilecha.
Pero dejó de ser pueblo
cuando en su plaza estoquera
vio sufrir a los toros
más que banderillas negras,
era la terrible espada
degollante y traicionera,
engañados por las capas
llegó su muerte certera.
Y fue Dios -aunque invisible-
quien subió la dura cuesta.
Y allí con su madre Oliva
-ya en su ermita de vuelta-
Dijo, "cuánta sangre, Madre,
en esto que llaman fiesta"
Y yo, me acerqué al arroyo
y la sangre en todo era.
de pronto, un fuerte viento,
con polvo de las canteras
dejó grisáceo el pinar,
todo el verdor de las huertas,
y un gorrión perdido
lloraba sobre una higuera.
Leganés, 9 de Septiembre de 2011
JOSé MANuel García García (JOSMAN)
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