Solo una escritora sensible como Concha Espina supo entender el amor de Machado por Guiomar, ella describió la ternura del maestro sin desvelar quien era Pilar Valderrama, en 1950
Sólo ella pudo entender esa cita imaginaria que cada noche de 11 a 12, era, un simple sentarse en un banco frente al actual palacio de la Moncloa, o en un bar del barrio de Cuatro Caminos.
Machado elevó el amor platónico al punto más cenital de la vida amorosa, porque lo llevó hasta la muerte, ignorando que su amada ya no estaba en Estoril, a dónde la escribía, estaba allí donde el poeta Jorge Manrique sentó plaza en esa Palencia fría de Febrero, dicen que cuando murió en su gabán encontraron esta simple cuarteta que dice: "Se canta lo que se pierde/ te enviaré mi canción/ con un papagayo verde/ que la cante en tu balcón"
El gran poeta de los Campos de Castilla, descendió a la consonancia para cristalizar el amor que le arrebató la guerra.
Guiomar inconsciente hasta entonces, en los albores de una nueva democracia, dejó para su publicación póstuma las cartas de Machado.
Nunca sabremos si el Olmo herido, era el propio poeta, y desde entonces Soria quedó congelada en el tiempo, Y Francia a veces llora más a nuestro poeta que nosotros mismos.
JOSMAN.
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