sábado, 23 de mayo de 2009

APUNTES SOBRE EL CABO ROSA.

Le pedí al Cabo Rosa una colaboración para nuestra revista asociativa, así como para nuestra página Web, y para escribir varios artículos de opinión personal, sus datos biográficos de su espinoso camino sobre esta nuestra Benemérita, que siempre confundió libertad con sedición y progreso con rebelión.

 

Cuando leí cuanto me mandó, se me encogió el hondón del alma, al comprobar cuanto le aconteció a partir de 1989 aproximadamente, cuando un día se levantó a ejercer su derecho constitucional de petición, y a partir de ese instante, una brutal cantidad ingente de expedientes disciplinarios, gubernativos y consejos de guerra.

En fin más procesos que a los golpistas del 23-F. El Estado de Derecho naufragó ante un solo hombre.

Nunca, y repito, nunca, en la democracia española desde 1977, un demócrata, ha pagado un precio tan alto por ejercer un derecho constitucional, que recoge claramente los La Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Junto a Manuel Rosa Recuerda, todo un rosario de compañeros, (de los que también escribiré  en diversos artículos de opinión) que soñaban con uno de los ideales más nobles que pueda tener un ser humano: La libertad en democracia y la solidaridad con los más desprotegidos.

 

La democracia española, tiene una deuda histórica con estos guardias civiles, nosotros como guardias civiles, también, con el Cabo Rosa, el Sargento Morata, Piñeiro y un etc,muy amplio.

 

Más pronto que tarde, las asociaciones tienen, tenemos que hacerles un homenaje, sacarlos a la luz, porque con sus peticiones, hace dos décadas, cavaron los cimientos del actual movimiento asociativo de los guardias civiles.

 

Compañeros como Rosa Recuerda, abrieron los horizontes de los nuevos despertares. Todas las leyes que acaban beneficiando a la sociedad, hasta en democracia, dejan víctimas tras de sí antes de convertirse en letra legal en el BOE.

 

Siempre me dijo mi amigo Marcelino Camacho: “Josman, la libertad y el trabajo, nunca nos lo van a regalar” y entendí que hay que luchar por las dos cosas día a día.

 

Desde la Constitución, hasta proyectos de ley, como éstos días se debate la ampliación del la ley del aborto, ha costado siempre perdidas de libertad, en otros casos, dolores físicos y psíquicos  y hasta sangre.

 

Algunos partidos políticos (siempre de la oposición) revisan estos días y van a negociar la situación de aquellos guardias civiles que denominamos represaliados, a los que un día les dio la razón el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

 

A ellos, compañeros de las diversas asociaciones, les debemos, el fruto que recogemos hoy, aunque este sea insignificante, les debemos el habernos parado a reflexionar sobre nuestra reciente memoria histórica.

 

Estos hombres, debieron de tener momentos de desesperanza, pero de su desesperanza nació nuestra esperanza, su expulsión supuso que de ellas surgieran los cimientos  de los derechos y deberes que hoy tenemos. (aunque sean aún insuficientes) de ellos y sólo de ellos, de hombres como el Cabo Rosa, brotó ese insignificante manantial y su  fluir, que hoy va recogiendo más hombres y más aguas, para que en un mañana inexorable ese río asociativo, nos lleve a la mar de la libertad.

 

Leganés, 23 de mayo de 2009

 

José Manuel García García (JOSMAN)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La libertad nunca va en rebaños, Josman.

Asociarse para ser libre viene a ser como quemar la casa para que no te la roben.

La libertad sólo es accesible para el que no tiene vértigo. Y en esos ejemplares de la especie, se logra siempre, independientemente de qué les sucediera.

Mientras tanto, balar acompañado y los lloros de plañidera me parece un poco indigno. Pero le respeto. Debe ser porque yo sí soy libre y no se lo debo a la democracia ni a nadie que no sea yo misma.

poejosman dijo...

Llevas razón de que,la libertad nunca va en rebaños, pero me refiero a la libertad colectiva, de sectores por lo que hemos luchado para ponerlos a la altura de la sociedad civil, que hoy si empieza a ser libre.
Otra cosa es la libertad en singular, que yo sí la ejerzo,en la medida de mis limitaciones intelectuales, soy capaz de pensar libremente, de expresarme con libertad, y de hacer cada día cosas libres, sin perjudicar a terceros.

La libertad de pensamiento nos hace libres, porque al poder nutrirnos de cuanto está a nuestro alcance, puedo madurar y adquirir los pocos conocimientos de los que soy capaz de rumiar, el abanico es grande de cuanto tenemos a nuestro alcance.

Lo de balar acompañado, es la única forma de alcanzar algo en lo colectivo, hasta plañir, conozco seres humanos, que tras plañir los hemos dejado abandonados en el camino, no pudieron seguir por hastío o por desesperanza y no verán lo que nos ha de acontecer.

Yo creo firmemente que si nos vamos unidos en el tema que nos ocupa no alcanzaremos la libertad con la que soñamos colectivamente.

Y es bien simple, derechos y deberes, dignidad profesional y un salario justo, mientras eso no podemos reivindicarlo con libertad y medios pacíficos,no seremos libres. No se si podrá entenderlo estimado anónimo, creo que sí,
¿porqué de que sirve ser libre uno, si el resto que te acompaña o les acompañas, no lo son?
En cuanto a pedírselo a la democracia, es simplemente porque es quien nos lo puede dar, legislando debidamente.

Reciba un saludo:

JOSMAN