El domingo día 30 de mayo he visitado el patio de
Dicho esto,
Cuando en mi infancia, llegué a un pueblo de Madrid, de donde son todas la aceitunas denominadas de Campo Real, que se llama Valdilecha, lo primero que me enseñaron es que, hay dos árboles cuyos frutos no se pueden coger y comer tras lavarlos, uno es el almendro amargo, y otro, el olivo, la oliva verde –aceituna- necesita varios cambios de agua y sosa, y esto es lo que necesita nuestra concejala, varios cambios de agua política.
Nuestra concejala en materia de trafico rodado, movilidad y aparcamiento o estacionamiento, le pasa lo que a los soldados de reemplazo de la época franquista, a los cuales había que colocarles una bota blanca y otra negra, y en la que el cabo instructor del campamento, en vez de marcar el paso diciendo: ¡izquierda, derecha…! Tenía que decir: ¡la blanca, la negra, la blanca, la negra…!
Esto le pasa a nuestra admirada regenta del segundo partido político local, además de cargos de confianza o técnicos en seguridad vial, esta mujer debe de ver, observar lo que ocurre en su ciudad, y si no puede desplazarse, requerir informes, pero claro los políticos miopes políticamente, ni ven las aceras, ni los informes debidamente, para otros casos, sí al parecer mejora su visión, y pasa de la miopía a la plesbicia política y no ve lo cercano y si lo lejano, algo que tiene desconcertado a los más significativos oftalmólogos del país político.
En fin, todo esto, puede ser un error de mi análisis, y lo que ocurre es que esta buena mujer, ahíta de la torpeza zapateril, de su compañero de partido, se halle en Babia, una concejala leganense en Babia, que es una comarca de León donde nuestros pasados reyes pasmados, solían retirarse cuando la sofoquina de la corte provocaba tormentas.
En fin, en Valdilecha o en Jaén, las Olivas Verdes, necesitan cambios alternos de agua.
Leganés, 31 de mayo de 2010.
JOSé MANuel García García (JOSMAN)
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