lunes, 22 de junio de 2015

EL NIÑO DE LOS PRODIGIOS. -CUENTO INFANTIL-

EL NIÑO DE LOS PRODIGIOS.
CUENTO INFANTIL.
-Fantasía Asturiana-

En un pueblo asturiano, donde todo es sosiego, montes, prados y la mansedumbre del ganado vacuno paciendo y rumiando, después, con esa placidez envidiable de la naturaleza, una casa que tenía las ventanas de la zona norte con ese paisaje azulado e impasible de la mar, el Cantábrico,  después de los días de lluvia, cuando no está picado, o borrascoso, en esa marejada que tanto temen los marineros costeros con sus barca pequeñas y mecedoras; vive un niño que es conocido en la comarca como “El niño de los prodigios” que según la Real Academia de la Lengua, un prodigio es: Suceso extraño que excede los límites regulares de la naturaleza”

Estos sucesos extraños, que escapan al razonamiento humano, aún queriendo comprenderlos, no son imaginables en un niño de su corta edad, en circunstancias y problemas ajenos, más propios de adultos.

El primero fue contra natura, posiblemente milagroso, a pesar de pertenecer a una familia si no atea, sí agnóstica.

Una vez estando en esos comercios que aún existen en aldeas y pequeños pueblos de aquella región española, en las que lo mismo compras unas madreñas, que en un apartado de la dependencia, sirve de bar, de hombres y mujeres que se dan al juego de las cartas, al dominó, o ante un café de puchero un vivaz lector lee la prensa diaria de todo cuanto ocurre en ese principado.

Un día en el comercio citado, se lamentaba un ganadero que, tras llevar varios años cuidando un monte de eucaliptos, no habían crecido lo suficiente, tenía dada su palabra de venderlos para una fábrica de papel de Torrelavega – Cantabria- y que de haber crecido más, alcanzaría los metros cúbicos necesarios para venderlos por el dinero que le sacaría de su crisis económica personal, pero éste tipo de árbol que se desarrolla pronto, no lo hacía, desconociendo el motivo.

El niño acompañando a su padre a comprar unas herramientas y tomar un vino, mientras tomaba un refresco, escuchaba lamentarse al ganadero, de pronto, el niño preguntó al hombre abrumado, ¿cuántos xatos tiene? -que así se llama a los terneros por aquella tierra- el hombre contestó. que dos, y el niño, exclamó....

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JOSMAN

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