Llevo medio siglo maullando a la política militar y a la civil, es el destino de los poetas sociales, y lo explico:
En mi ventana hay unos altos olmos municipales en sus ramas en ocasiones hay suspendidas urracas, gorriones y palomas, y cuando las vislumbra mi gata Liber, empieza a maullar contra ellas, y pone el gesto de saltar hasta el árbol y devorarlas, pero sólo se queda en eso,en un maullido escandaloso.
En definitiva eso es un poeta social un felino protestón, las urracas metafóricas son los gobiernos, el árbol son sus acciones erróneas,
El poeta aunque sea un erudito, que no es mi caso, acaba descrito como lo hizo Cervantes en la palabra del Licenciado Vidrioso.
El poeta como mi gata puede estar en la ventana o en la grada del Salón de Plenos Municipal, sea como sea solo escucharán sus maullidos sonoros pero inocentes.
Y se pregunta uno que consigue con maullar, nada. la poesía acaba siendo un vicio, como lo es el café mañanero de escaso alimento.
Pero el poeta, aunque sea mediocre debe de seguir maullando, como llora el recién nacido por hambre o cólico intestinal, quizás sea su única forma de manifestarlo, es decir los versos son el quejido de un cólico social.
Hasta que como el Licenciado Vidriera de Cervantes termine como lo hace su Quijote, recobrando el juicio. Y eso significa la muerte.
JOSMAN.
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