martes, 9 de enero de 2018

A MI HERMANO VICENTE GORDILLO.

Nota a mi hermano Vicente Gordillo Carmona:
No es que seamos pesimistas, es que no podemos con el peso que nos han cargado colectivamente.

Querido hermano Vicente, la izquierda murió en un chalet adosado, lo escribí hace poco, la barbarie de una nueva forma de vida más inclinada al ladrillo y al cemento que a los seres humanos, hace que el mundo no es que haya entrado en el Capital del que nunca salió, es que nos ha absorbido a todos, como la borrasca cántabra y nos golpea contra las rocas, y si aguantamos como percebes, decía ayer, nos atrapan en la AP-6 porque somos viajeros sin cadenas, metafóricamente, sólo nos dejan ladrar como hago yo con mis coplas, el mundo es una jaula, ya lo advirtieron desde Pío Baroja a Valle Inclán, y sólo dejaron salir a Lorca para cantar a los negritos - con todo el respeto a las razas- y a Carlos Cano, para decir que "La Habana es Cádiz con más salero", al pueblo le dan dos cosas Pan y Circo que dijo Juvenal, el Madrid y el Barca y al intelectual de barriada que deje caer una idea, sabiendo que no podrá ver su sueño de soterrar la vía férrea de San Nicasio. 
Han dejado morir el ideal, como abandonamos a los mayores al calor del viejo brasero, que es una muerte dulce, porque con 700 Euros de pensión -las viudas menos- no se pueden pagar 200 de luz, gas, teléfono y un flan para la visita del nieto. Ya sólo queda tu Motril, porque Granada nunca se conquistó, conserva entre nuevos edificios, "El embrujo de aquella raza vieja amiga del sol, que todo lo ganaron y todo lo perdieron"


JOSMAN.

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