“Soy de donde comen mis hijos” contaba Serrat, que dijo su madre, hablaba con una mujer que me decía “no vuelvo a mi pueblo porque tuve que salir de allí para poder comer” “¿Cómo puedo querer donde no pude comer?”, y una tierra que no da nada a sus hijos aunque la trabajen no merece ser recordada, la tierra no es mala, es su administración y sus administradores. España y muchos lugares de ella siempre han sido así, yo recuerdo con nostalgia infantil la aldea de mi padre, mi abuelo tuvo más hijos que casas había en la aldea, y en plena república salieron a buscarse el pan hartos de berzas y pote asturiano con la cuchara en el caldero. (1934) del que comí en 1957, allí aprendi a leer y mal escribir.
Hoy en Leganés es donde comen mis hijos, soy de Leganés, pero no del Lega, ni de ninguno de los partidos del consistorio, soy simplemente por eso, mi escasa pensión de la que como, podría cobrarla en Canaria o en Cataluña, pero aquí comen mis hijos y mi nieto.
Ayer en esta España recuperada para M. Rajoy acudieron a un hotel madrileño 7000 personas para 100 puestos de trabajo, las televisiones del régimen se hacían eco, y grababan la cola, y nadie hizo un análisis de tal circunstancia, no solamente hay paro, hay precariedad, hay un mal gobierno y el Parlamento aguanta como Celia Villalobos, que bien puede decir: ¡Arriba España! Para ellos todos.
JOSMAN.
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