Hay dos Butarques, uno es el real y otro el que imagino. Me apena verlo en invierno, donde desabrigado muestra de manera magna su abandono por parte de los responsables de su Medio Ambiente. Y ya sólo puedo escribir tres versos octosílabos y asonantes, como de urgencia:
El Butarque en invierno
es un beso nocturno
que se ahoga en su silencio.
Como escribió Pío Baroja, no creo en nuestro ayuntamiento, Juan no creía en la religión, y cuando le pregunta el seminarista Martín, le responde, "no creo porque todo es mentira" Véase "La Aurora Roja".
Y mañana: La batalla invisible que ganó la guerra, el Wolframio, Alemania...Y aún hay gente que defiende aquello. Ayer lo desnudaron en la TVE-2, así hubiera ganado la guerra hasta yo.
JOSMAN.
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