La muerte Manolo, nos hace a todos iguales, y las riquezas del mundo, quedan en el cambalache del planeta, la muerte es un instante de justos derechos y obligaciones.
Cuando los poetas amateur nos levantamos a medianoche a escribir, es que el recuerdo de alguien nos impulsa como un resorte que surge del hondón del alma.
La muerte del Cabo Rosa me llama a golpes de versos libres, sin preceptos poéticos, porque nos dicta el alma, y al espíritu, no podemos imponerle disciplina ni militares, ni poéticas.
Manolo, te fuiste con el silencio,
dejándonos en las sendas asociativas,
y perdiste la sonrisa sevillana
a golpes de milicia destructiva.
Te apuñalaron la psiquis brutalmente.
Intentaron mermarte por amansarte,
como se fustiga a un caballo en la doma.
¿Y hablan de libertades como Livia,
como Augusto en el ombligo del imperio,
jugando con esclavos y libertos,
y Roma cayó, y mañana todos caeremos,
masticando el polvo
ante la barbarie de la muerte.
Ellos también, como tú,
tendrán los estertores de la muerte.
La muerte no se para ante divisas,
la muerte tuya, la de ellos, y la mía,
nos vomitan los pecados en el pecho,
y la conciencia flota en un mar negro
de sensaciones ciegas y terribles.
Y el poder que tuvieron se diluye,
y de nada les sirve el Padrenuestro,
Dios, no baja a los cuidados paliativos.
Ni el reino de Hades se dispone
con una compañía en estado de revista.
¿Sabes por qué, mi amado compañero?
Porque somos podredumbre en vida
en el intestino de un planeta infectado.
Y nos creemos algo bajo esta atmosfera
azul que nos engaña, por verla,
superior y por llamarla cielo.
Somos sólo átomos y nos combatimos.
Somos humanos y nos negamos derechos.
Somos hermanos, y tenemos
que mendigar la dignidad a gritos.
Mendigar un salario equitativo.
Te has muerto Manolo,
allá en el Monte Nebo, como Moisés,
sin ver la tierra que soñamos,
sin ver Jericó cercada de trompetas…
Te has muerto, amigo,
en la mitad de este camino,
pero tenemos treinta mil Josués
dispuestos a levantar tu bandera,
y, llevar el Arca de nuestra Alianza
hasta el templo de la libertad.
Leganés, 15 de mayo de 2009
José Manuel García García (JOSMAN)
3 comentarios:
Preciosa poesía, del hondón del alma te ha salido,Josman, sin duda, enhorabuena, por tu creación, da placer leerla.
Recibir mis condolencias todos por esta gran pérdida. Mi padre de hablo mucho de él, una gran persona me dijo, lo siento mucho. Ojala algún día le hagan justicia, aunque él no este presente en esta madre tierra, seguro que le llega la noticia...
Gracias Patricia.
Josman,
Para todos los que respetan y admiran al Cabo Rosa, no ha fallecido y actualmente vive en una ciudad de Alicante,lo he visto personalmente y se encuentra bien de salud.
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