Miguel Hernández. 1910-1942
Cuando las cicatrices se hacen eternas,
cuando amarillean las hojas
heridas del gemir de los poetas,
ya de nada sirve para estañar
el olvido, ni siquiera ese clamor
familiar por anular sumarios.
Miguel Hernández, ya no grita
desde su tumba desde hace treinta años,
la democracia llega tarde a borrar
el laberinto judicial, a limpiar
su losa y el pecado inexistente.
Hubo tiempo, y miraron a otro lado,
hubo tiempo, y sólo dibujaron lobos,
hubo tiempo, y España se miró el ombligo,
y algunos de poder se hicieron ricos…
Y ahora restituyen al poeta,
cuando ya no hay pasto
en la pradera levantina,
cuando Orihuela sufre paro
y orina en los rincones del hedor,
junto a una palmera
que da nombre a la avaricia.
Dejad a Miguel, que descansando
es más Miguel, aún siendo barro.
Llegáis tarde como a todo, ¡vividores!
vuestra democracia es de otro canto.
Serrat, le dio aire al limonero,
vosotros, ayer lo utilizasteis agrio,
él era inocente, y eso basta,
lo demás, es manoseo y amasarlo,
si, hubo tiempo, y ahora es tarde,
¡dejad que pastoree y callaros!
Decía el diario El País ayer día 29 de octubre: "A nadie se le había ocurrido antes, y es lo más importante que hasta la fecha se ha hecho por Miguel Hernández", confesó, emocionada, Lucía Izquierdo, nuera del poeta, al presentar ayer dos iniciativas de
Leganés, 30 de octubre de 2009
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