martes, 13 de marzo de 2018

“LA CUEVA DE LA NADA”


“LA CUEVA DE LA NADA”

Tropieza uno con la Crisi Nona de la tercera parte de El Criticón de Gracián y en esa “Cueva de la nada” se encuentra todo, a veces creo que es más fluido que El Quijote, y en ese trigal donde sólo hay grano, estrangula todos los sentires en los muertos vivos, y en los vivos muertos, en los seres que van a ser enterrados sin haber muerto, o quizás porque algunos nacen muertos. Se le entorpece a uno el entendimiento mientras pasa las páginas como pasa la vida del mundo.
Y al final, ¿quién ha leído en profundidad a Gracián? Yo sólo lo hago superficial, me cuesta digerirlo como un Pote Gallego.
Este clérigo jesuita, este hijo de la Iglesia, desnudó no sólo España, desnudó el mundo y la humanidad, por ello fue metido en una celda a pan y agua. “Aquí se persigue el pensamiento” decía tres siglo más tarde Valle Inclán
Debió de vivir un tormento, sabiendo que quienes le castigaban no entendían ni siquiera una letra, al igual que Calderón, Tirso, Juan de la Cruz y Teresa de Jesús, estaban bajo el yugo de la Iglesia, sabiendo que se elevarían más que ella misma en lo esencial.
Se le ha leído poco, le hemos entendido poco, y apenas retuerce el lenguaje, un lenguaje retratista que desvela los vicios de la humanidad.
Y leyendo a éste monstruo de las letras, leyendo y observando lo que hoy se llamaría como en medicina, ésta Resonancia Magnética, que busca lo oculto, desnuda el espíritu de la humanidad, y alcanzando el fondo, se pregunta como el hombre quisiera vivir mil años, mientras otros sin hacer uso del suicidio quieren enterrarse en vida, porque quizás tácitamente la vida es muerte en una muerte viva en este capítulo de la tercera parte.

JOSMAN.

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