martes, 23 de junio de 2009

EL EMBRUJO DE SAN JUAN LLEVA UN DIABLO DENTRO.

Cada año, siempre hago un romancillo sobre el "Embrujo de San Juan" este año los acontecimientos hacen que, el romance sea político y con un deseo imposible que puedan votar los niños. Alarico sabe porqué lo digo, o debería de saberlo, queda bien claro en estos octosílabos, quizás los últimos míos en una fiesta, que será mi última fiesta, mientras siga este equipo de gobierno.

El embrujo de San Juan,
este año está en festejos,
las meigas que le confunden
hace los actos parejos...
Y en la Plaza de una Virgen
los diablos andan sueltos.

Maldita plaza, maldita,
cuanto embaixos sin arreglo
da a dos distintos la plaza
mezclando los elementos:
el viejo rock y la magia
y el lince con el cangrejo.

Pero los niños no votan,
-dijo una mujer al cuento-
cuando los niños voten
será Leganés más nuestro,
y veremos a Alarico
de capuchino en silencio
y a Montoya santiguarse
y darse golpes de pecho.

El embrujo de San Juan,
este año va de reto,
entre el diablo y la hoguera
no sabemos lo que es nuestro,
si la plaza de la Virgen
o un verso del Evangelio.

No sabemos siquiera
si es nuestro El Egaleo,
ni si la sombra es del Che
o es Picasso lo que vemos.

En Leganés, ya se sabe,
hay monstruos, locos, necios,
y un Embrujo de San Juan
que anuncia el veraneo,
El Butarque y San Nicasio,
mudos, sordos, cojos, ciegos,
así nos quieren algunos...
¡Todo San Juan por divino,
lleva un diablo dentro!

Leganés, 23 de junio de 2009

JOSMAN.

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