Parques, vallas, rejas eternas, ¡malditas!
Los juncos del Butarque
barruntan la primavera,
cuando agoniza febrero
verdean, casi musitan
a una leve y suave brisa
que al arroyo acaricia.
Crecen y se multiplican,
no saben quien les gobierna,
y cuando ven lo que escribo
y voy uniendo las letras
con miradas confundidas,
se preguntan en silencio,
¿por qué Leganés suspira
ante un gobierno que yerra?
¿Por qué escribo estas poesías,
estos destellos que claman
su profunda rebeldía?
¡Ay, los juncos del Butarque,
pies de agua es su vida!
Leganés también verdea,
violadamente niña,
rosa enrejada, sangrante,
¡rejas eternas, malditas!
Leganés, 4 de marzo de 2010
JOSMAN.
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