Estos días que escribo citando a Cervantes, ahora que han hallado sus restos, pero que no han podido hallar entre ellos su mente prodigiosa, recuerda uno aquello que contaban de él, o que él dejo dicho tras haber estado cautivo en Argel, dijo y dicen que, para soportar la cárcel, creaba y recreaba historias en su mente, tenia como muchos seres una vida real y otra imaginaria, lo que llamamos soñar despiertos, allí no vivió en su mente una vida quijotesca, allí sin apenas escribir, y sin derribar el muro imaginario que separa la realidad de la fantasía, porque es ahí donde aparece la locura, el poder de su mente, le hizo escribir en su cerebro otras historias que no vieron la luz, y así inventando otra realidad paralela y desconociendo la psicología moderna de hoy. supo combatir la crueldad de las prisiones, no solamente en Argel, sino en las de España por motivos varios.
En definitiva, hallamos huesos, los expondremos para el limosneo del convento y posiblemente las arcas municipales, pero ¿dónde ésta aquella mente? ¿Dónde la de García Lorca?, llamado a ser nuestro mejor dramaturgo de haber llegado a los 60 años.
En la mente que posiblemente encierra eso que llamamos alma o espíritu, se encierran las mejores obras jamás escritas, unas veces por falta de papel y lápiz y otras porque son tan intimas y necesarias que, para ellas no existen sepulcros en las Trinitarias Descalzas.
VALE.
JOSMAN.
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