sábado, 18 de abril de 2015

EN LEGANÉS ¿HAY LAMECULOS?

Una mujer denominada M.P. ha dejado un comentario en mi Facebook, sobre lo que yo llamé baboseo en un ferial "Pepinero".


"El lameculos, también conocido como adulón, adulador, rastrero, servil, zalamero, indigno, halagador, lisonjero, innoble, abyecto, cobista, arrastrado, miserable, bajo, vil, ruin, lameculos, tiralevitas, traga mierda, trepador, serrucha pisos, cagador, rémora, sanguijuela, carroñero. Y en léxico popular, mas conocido como YUNKU, CORCHO, LAMELOIDE etc, lamentablemente ha logrado desarrollarse y reproducirse de manera satisfactoria en nuestro continente, pese a esto, en otras latitudes ha sido neutralizado gracias a la meritocracia y al esfuerzo personal y a la ética del trabajo.

Este parásito/a que se pasea por el mundo, es ecuménico, es cosmopolita, no respeta fronteras, es como la estupidez, universal.

Es de fácil identificación: sus actitudes y maneras de comportarse en la vida lo delatan. Su medio natural son los ámbitos laborales, instituciones, ONGs, etc, donde logra desenvolverse con la mayor de las solturas.


Sus principales características son el desafecto al trabajo a pesar de que pulula en él y siempre lo ensalza, realiza en menor esfuerzo, deslinda sus responsabilidades a los demás, y a la hora de las recompensas, es el primero/a en mostrarse, en atribuirse el mérito de otros. Es apático y usufructúa el trabajo ajeno, sin embargo, es embustero, engaña a los incautos con sus formas “laboriosas” de comportarse, pero esto es sólo una mera ilusión. Siempre lo veremos en “constante movimiento”, incluso en un punto fijo. Girará sobre su eje si es necesario, para engatusar a sus superiores, colegas o camaradas

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Su frase típica será: estoy a full, tengo mucho trabajo, ya no doy más, trabajo a deshora, trabajo a destajo, siempre trabajo.


Pero por sobre todas las cosas, ADULARÁ SIEMPRE ADULARÁ Y ADULARÁ..., se congraciará con el regente de turno, con el portero, con los de arriba, con los de abajo, con el “bueno”, con el “malo”, con quien sea que le sirva a sus intereses: el trepar y acomodarse con el menor esfuerzo posible.

Este personaje, es de ese tipo de personas a las que siempre las oiremos hablar del mucho trabajo que tienen sobre su “débiles hombros” intentando buscar nuestra pena, misericordia, indulgencia y compasión, con el intento de captar la atención o en todo caso buscar nuestra devoción y admiración hacia su persona tan “suprema”, extenuada por el trabajo inhumano que realiza.


Una mujer con las siglas M.P. ha dejado un comentario en mi facebook, mientras yo explicaba el baboseo en el ferial "Pepinero"


"En este caso podría aplicarse la vieja frase del Dr Paul Joseph Goebbels: Miente, miente, siempre miente que algo quedará.


Frase que extrapolándola a nuestro personaje diría mas o menos así; ¡Adula, adula, siempre adula! que algo conseguirás.


Sin embargo, como todo parásito necesita de un medio propicio donde reproducirse y desarrollarse, es decir, un ambiente de petulantes mediocres ganapanes advenedizos (90% de la humanidad), éste cuenta siempre con las inseguridades, ansias de zalamería e indulgencias de jerarcas, jefes, gerentes, mandamases, cabecillas y caudillos de poco carácter. Personas que necesitan de la aprobación de los demás, que siempre están al pendiente de qué dirán, inseguros de toda acción, de todo paso, sin consultarlo con su respectivo lame botas, o en último caso, patrones a los cuales sólo les es menester contar con una bolsa de huesos humana donde descargar sus traumas y resentimientos.


No obstante, su pupilo/a a pesar del maltrato en algunos casos contará con la venia de tan patético amo para tenerlo como su segundón mas fiel así como el ejemplo a seguir de lo que deberían aspirar a ser los demás subordinados. Es decir, un perfecto pusilánime vendido por unas migajas de poder para poder ufanarse ante los más débiles, según su percepción.

Son por estas razones que digo que los Lameculos son especímenes del subgénero humano y cáncer de nuestras sociedades, son personas en puestos clave de nuestras sociedades avalando a su subyugadores de la manera mas rastrera, por un sueldo, una oportunidad, un ascenso, o por el mero “éxito” y visibilidad social
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