DOS ANCIANOS
A Rafael, mi padre
¿Me veré como mi padre,
anciano y abandonado,
o gozaré de las mieles
del panal que estoy criando?
Cuando le veo temblar,
quebrarse tan solitario,
siento en mi interior la sombra
que queda tras el quebranto
de una noche de tormenta
herida por veinte rayos.
¿Me veré como mi padre,
silencioso y machadiano,
me veré dormido y sólo
sin poder dar ningún paso?
En donde la luna llora,
dejadme seguir llorando,
dejadme en soledad
meditar sobre los campos.
Y cuando llegue la hora
de contar los aguinaldos...
estaré donde los pobres
llamando a los Reyes Magos.
Cómo se me fue la infancia,
qué poco conté los años,
qué corta fue la inocencia,
mi caminar por el prado.
¡Que pocas fueron las veces
que paseé de tu mano!,
y sin embargo en la aurora
de aquél tiempo pasado,
quise jugar donde el tiempo
me mostró tu pelo cano.
Y nunca entendí las flores
de madre... con sus geranios...
no nací para arrastrar
de su incomprensible arado...
¿Me veré como mi padre,
pagando ajenos pecados?
Me duele el alma esta noche,
y me siento tan cansado
que quisiera a mi memoria
darle un ligero descanso.
¿Me veré como mi padre,
anciano y abandonado,
o nunca serán mis hijos
como yo de involuntarios?
Si pudieran ser abrigos
los seres que hemos amado,
¿Pero como hoy pensar?,
todo es cercano y lejano,
si pudiéramos volver
y borrar tanto pasado,
y escribir nuevos renglones
en papel de nieve , blanco.
Quisiera jugar con él,
pero, ahora y sin pensarlo,
hay un tiempo que me lleva
no sé dónde, dando saltos,
y son mis hijos quien ven
en mi rostro trasnochado,
esa claridad, sin luz,
que aumenta sin esperarlo,
(el reloj exterior del tiempo)
mi primer cabello cano.
Si pudiéramos volver
y arrancarnos tantos clavos,
pero, es padre tan tarde,
que, en familias me reparto,
a veces encuentro un hueco
para acariciar tu mano,
y, me pesa la conciencia
como un negro canasto.
Y al mirarme en el espejo,
me hundo y no me levanto
adivinando el mañana
que corre con mi quebranto.
Pero es tan tarde, padre,
que ya estamos condenados.
¡En tu hoy y mi mañana,
somos los dos, dos ancianos!
5 comentarios:
Josman, perdóname por invadir tu blog, pero no puedo dejar de comentar este hilo.
Nos dices: "Yo por ley, debo ser apolítico". ¡Claro que sí!, los intelectuales deben estar enfrente de los políticos.
Gracias a personas como tu padre, hoy, contamos con un mínimo de libertades garantizadas. Respiramos más tranquilos. A mí me horroriza pensar que hace nada, por mi condición de mujer, me considerarán una incapaz. Pensar que aún sigue siendo así, o peor, en muchos sitios del mundo actual, me causa mucha angustia.
Las palabras de tu padre “existen muchas formas de matar hasta en democracia...", son preocupantes. No podemos despistarnos.
Hace unos años pregunte a un señor mayor que estaba en la puerta del juzgado disconforme con un cartel reivindicativo:
- ¿Por qué está aquí, señor?.
- Él me contestó: Estoy aquí joven reivindicando un derecho, y, ¿sabe una cosa?, hace años me pegarían un tiro y me matarían por esta actitud, hoy en día, dejan que me muera poco a poco y en vida.
Esta poesía me gusta especialmente, pues hay gran cantidad de amor en ella.
Estoy segura de que tu padre estará muy contento allí donde se encuentre, satisfecho de haber dejado un magnífico legado a este mundo, la educación trasmitida a su hijo en valores humanos.
Un abrazo.
Paty, tu nunca invades nada mío, me reconfortan tus comentarios y me enseñan mucho.
Lo del señor delante de los juzgados, tiene la profundidad del saber, entender el destino del hombre vencido pero no derrotado como se lee en "El viejo y el mar"
Un abrazo:
JOSMAN.
Gracias, Josman. Tú estas en posición de enseñar mucho más. Ahora mismo voy a pegar un vistazo a ese libro que citas.
Un abrazo.
Próximamente mi estimada Paty, sacaré un libro de tercetos, "Rumiando el ayer" te gustará.
saludos:
JOSMAN.
No dejes de avisarme,"Rumiando el ayer", muy sugerente el título.
Un abrazo.
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