Es un romancillo cargado de metáforas, y varias interrogantes dentro de unas afirmaciones, como la del caracol, la corneja, el creer o no creer, las candilejas, ¿por qué es negro el atrezo de una corrala de comedias como lo es el ayuntamiento? ¿qué quieren decir las candilejas? ¿El Palacio de Montoya?
¿Por qué Leganés está perdido, por qué una colmena de abejas? ¿por qué es diferente la luna vista desde Polvoranca a la vista desde El Butarque?
Existen poemas breves, que como decía Quevedo, “necesitamos tiempo para entenderlos o rumiar sobre ellos”
Yo no vine a Leganés a desentrañar ni a sacar conclusiones de mis versos, vine a escribirlos, mejor o peor, lo demás queda para el lector.
Aúllan los lobos,
colmena de abejas…
Hay un Leganés perdido…
Consistorio de comedias…
Corrala de atrezos negros
y menguadas candilejas.
El palacio de Montoya,
sin ser ruina tiene grietas,
creemos y no creemos,
dudamos y casi a tientas,
sentimos aullar al lobo
y gemir a la corneja.
Ayer lloraba un hombre,
y agachando sus orejas
me contó cuatro secretos
descargando su conciencia.
Y ahora lo entiendo todo,
el rastro que babosea,
la senda del caracol
sobre la hierba más tierna.
Aúllan los lobos,
debajo la luna llena,
la luna de Polvoranca,
la del Butarque es más nuestra,
tiene el resplandor de armiño,
que es la luz de los poetas.
Leganés, 24 de septiembre de 2009
JOSMAN.
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