¡Oh! los álamos cantores
del Arroyo de
mis primeros despertares
rincones de Valdilecha.
De tarde en tarde regreso,
y la memoria refresca
un ayer del niño Josman,
de aquella inocencia tierna
que mecía mi alegría
desconociendo la pena.
Hoy el arroyo es distinto,
lo están absorbiendo a fuerza
de pozos motorizados
para llenar veinte huertas,
que dan la verde lechuga
y la mata tomatera.
Han construido en su orilla,
ya el cemento mata y llega,
se cimienta en el trébol
y en esa tímida hierba
que me sirvió de colchón
en acompañadas siestas,
años después, moceando
en virginidades tiernas.
Y allí, cerca del Molino,
donde andábamos a ciegas,
hoy la nueva luminaria
me esconde aquellas estrellas
que parecían mecerse
pareciendo estar más cerca.
¡Oh! los álamos cantores,
aún guardan mis viejas huellas,
pasa el tiempo, y yo con él,
pero cuántas cosas quedan,
amores y desamores,
aromas de hierbabuena,
la ermita, madre y Oliva,
vino dulce y buena mesa,
y mil cosas que hoy no escribo…
José Manuel García García (JOSMAN)
Fotografía: http://www.valdilecha.org/cultura.php
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