Y ahora me pregunto tantas cosas en mi regreso tardío:
Y se murió la noria
de oxidados cangilones,
que giraba dando vida,
lentamente, primitivamente.
¿dónde el asno cegado,
dónde mi infancia azul,
y abierta de ojos y oídos
a un aprendizaje vasto
que llega hasta mi vejez
en la inmensidad del campo?
¿Dónde Valdilecha, amigo,
se van cansados los años?
¿a la arruga de la piel,
a los huesos atrofiados,
o al alma incorpórea
que soporta el peso enorme
de una vida de naufrago,
en este Madrid manchego
sin mar y de males largos?
¿Quedará alguna esquila,
quedará algún rebaño,
apuntarán los pastores
los pastos frescos de mayo?
¿O muriendo con la noria,
será Valdilecha urbano
una ciudad dormitorio
de ladrillos prolongando,
ganando espacio y tiempo
al arroyo ya mermado.
En la noria está la historia,
y no escrita en los legajos,
con ella morimos todos,
los de ayer, que jugando
queríamos ser hombres,
y ahora hombres, casi ancianos,
en la noria del recuerdo,
agua y sed... ¡cómo pasamos!
Leganés, 15 de septiembre de 2009
José Manuel García García (JOSMAN)
Fotografía de la página Web. del Ayuntamiento:
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